miércoles, 23 de octubre de 2013

Homeland 3, dando ideas…



Ha vuelto Homeland a las pantallas españolas justo en la semana en que se incluye a España entre los países espiados por Estados Unidos. Por un lado se resuelve la afrenta de no (merecer) ser espiados, incorporando a España a la categoría de “países espìables”.
Carrie Mathison, Homeland


Por otro lado, ya oscurece temprano y disponer de ficciones como Homeland acorta la espera del día siguiente. En la temporada 3 se confirma que Carrie Mathison está como una cabra, a pesar de que paradójicamente tiene las pruebas de que Brody no accionó la explosión de la bomba que mató a la flor y nata del contraterrorismo de la CIA. Pero como casi todas sus coartadas son de carácter sexual, son poco creíbles. Y mucho menos como intenta presentarlas ella, entrando como elefante en cacharrería y a los gritos.
Tan poco creíble resulta ella como Saul Berenson. Si  le hubieran puesto de nombre Sheldon Adelson su papel sería más comprensible en España. Porque en su terreta (EE.UU.) es dialogante y políticamente correcto, mientras que en el exterior exige uno (Adelson) que se cambien todas las leyes sanitarias y tributarias que hagan falta con tal de obtener las máximas ventajas y beneficios posibles.
Mientras que el otro (Berenson) al exterior (los “otros países”) lo considera una suerte de campo de exterminio selectivo, refiriéndose a las personas asesinadas como “representantes del mal”. En la doble emisión de estreno de la temporada 3, Berenson y amiguetes organizan una serie de asesinatos simultáneos (al mejor estilo de “El Padrino”) para eliminar a los responsables de determinados atentados terroristas. 
Saul Berenson, Homeland

Y luego la noticia se da como un gran éxito de tropas estadounidenses interviniendo en X lugares del mundo. El gendarme del pensamiento único vuelve a actuar y el público en los bares se congratula.
Llama la atención que en la lista incluyen a banqueros que actúan como intermediarios para trasladar los fondos necesarios de un lugar a otro del mundo. Son formalmente civiles, pero como son malvados, no merecen mejor consideración.  A ver si al final resulta que “Homeland da ideas a la ciudadanía española”.•

martes, 15 de octubre de 2013

Homeland en versión Obregón

Nos pareció pertinente iniciar la saga sobre ocio terrenal una nota sobre el proyecto "Homeland-Obregón". Habrá algo en Afganistán donde ella será un general (que no una generala, por lo que el uniforme de cubilete que utilizó en una vieja revista no podrá ser reciclado).

Mientras prepara su férreo papel de general que seguramente tendrá un affaire amoroso con algún talib, quien sabe si para obtener información confidencial, atiende a la prensa para ir promocionando su nuevo programa.
 Recordemos que entre algunas de sus joyas figura "Ana y los 7", perturbadora comedia televisiva en la que una streaper (sí, ella) conseguía casualmente un empleo como niñera en una mansión habitada por un apuesto millonario viudo, su parva de hijos y un mayordomo.
Esta mezcla de familia von Trapp y "Floricienta" supo mantenerse (para algunos, inexplicablemente) en el top del share de su día de emisión durante bastante tiempo.

Para quien no tiene muy presente qué hacía Obregón, afortunadamente para la sociedad loca, está viviendo en Miami. Ella ha comentado que ha pasado una temporada muy mala a causa de una infección en la boca, lo que le ha llevado a tomar antibióticos.

«Cuando me enteré que el Rey va a estar dos meses tomándolos, me he quedado más tranquila. Me preocupaba estar tanto tiempo tomando antibiótico», comenta. Por culpa de esa infección, la actriz tiene que realizarse ahora varios implantes, «porque con la boca así no puedo trabajar», confiesa.
Soldados de Obregón practican la marcha del sobaco

Es así como nos enteramos que muchas actrices vuelven de sus vacaciones con pechos más grandes, sin patas de gallo y con labios turgentes y tersos pura y exclusivamente porque tuvieron infecciones localizadas. Y menos mal que ella, siendo bióloga, no se preocupa por estar tomando antibióticos durante 8 semanas. Es que si lo hace el Rey...