La diáspora

El millón de personas que relatan hubo el sábado previo al triunfo de España en Sudáfrica 2010, ese millón de personas que representa en torno al 15% de la poblción residente en Cataluña, porcentaje que coincide aproximadamente con la media de participantes en las consultas impulsadas por colectivos soberanistas, se encontró de repente en un país que acababa de ingresar al club de los “Campeones del Mundo” y pocos días después se confirma el reconocimiento de la independencia de Kosovo respecto de Serbia.

Publican en algunos foros (de apoyo soberanista) que, claro que sí, Kosovo no es comparable con Cataluña porque el primero tiene unos 10.000 km2 y Cataluña unos 32.000. Los primeros ganan mucho menos que los segundos, los primeros...

Pero los primeros ya son independientes y los segundos querrían serlo. ¿Y cómo lograrlo en un país que acaba de salir Campeón del Mundo de fútbol (tabarra que durará hasta 2014) y que encima acaba de pasar el test de stress financiero con aprobado salvo unas pocas entidades, entre ellas algunas pequeñas cajas catalanas?

La solución puede estar allí, en el Adriático. Si Kosovo se acaba de liberar y, como dicen muchos, no se descarta la unión con Albania, ¿por qué no iniciar una nueva vida en territorio albano-kosovar y crear una reforzada Albalunya?

Esta es la historia de la diáspora de ese millón de habitantes que primero fue de mente y, más tarde, fue de cuerpo.